Un día iba paseando por las selvas de Asia, un alegre y salado puercoespín y fue al río de la selva a beber un poco de agua y ahí en el río vive una piraña, que esta muy amargada y porque hace días, que no come ni una pizca de carne de ningun animal y le dice al puercoespín tan amargadamente - Tú no tienes que beber en mi río para nada, porque este es mi territorio y si te vuelvo a beber en mi río, te cojo, te mato y te como, a si que fuera de mi territorio- le dijo la piraña al puercoespín.
Entonces el puercoepín no le hizo caso a la piraña, pero la piraña se cabreo y se quería tirar a comer al puercoespín, pero el puercoespín se defendió de la piraña y le lanzó una de sus púas y se las clavó hasta lo más interno del cuerpo de la piraña y la mató con sus púas y el alma de la piraña, cuando subio al paraíso Dios no la dejo entrar en él y la mandó derechita al infierno, para que la queme el diablo y el puercoespín dijo - Por fín puedo beber en paz en el río y ya no me molestará esa piaña- se dijo el puercoespín. FIN
MORALEJA : A tu enemigo fallecido, perdón y olvido.
A que os ha gustado que hay de la piraña y el puercoespín, en mi nuevo blog de las fábulas de Joselu.
En la próxima entrada voy a hablar de el hipopótamo y el tejón.
Un saludo y hasta el martes y el miércoles.
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